Educar es enseñar a soñar: “de los sueños salen pájaros salvajes que ninguna educación puede domesticar".
Rubem Alves

Recuerdo
muy bien el día que descubrí a Rubem Alves. Estaba leyendo un libro sobre
historia de la educación (Historia de las ideas pedagógicas, de Moacir
Gadotti) en la biblioteca de la Ibero Tijuana, frente al ventanal que mira al
mar. Había ya pasado los grandes autores: los griegos, San Agustín, Santo
Tomás, Comenio, Russeau, Spencer, Durkheim, Dewey, Freinet, Rogers, y casi al
final del libro describían el aporte educativo de algunos educadores
Brasileños: Fernando de Azevedo, Laurenco Filho, Alvaro Vieira, Freire y en
medio de ellos se mencionaba a un autor brasileño que presentaba una mezcla
poco común, ecléctico y muy interesante: pastor presbiteriano, psicoanalista,
teólogo de la liberación, escritor de cuentos para niños, poeta, académico y
educador, ¿su nombre? Rubem Alves. Lo poquísimo que leí me hizo volar con la
imaginación por un buen rato. Pensé que si alguien podía llevar a la realidad
de las escuelas las ideas de Alves, el mundo podría ser totalmente otro. Desde
entonces he querido ser ese alguien.
Este encuentro
fortuito con Alves me hizo buscar información sobre él en internet y encontré
muy poco en español y casi nada en inglés. No fue sino hasta la feria del libro
de Tijuana (debió haber sido 2007) que me encontré con su primer libro en
español: La Alegría de Enseñar:
un libro lúcido, revolucionario y profundo. En él critica la obsesión de
las escuelas actuales, tanto en Brasil como en Latinoamérica, por lograr
niveles de "excelencia", y afirma que cuando la maquinaria
educacional es más eficiente es cuando se perfecciona la deformación
que produce en los jóvenes. Tal deformación consiste en convertir a los seres
humanos en instrumentos de producción.
Alves nos recuerda
que los aprendizajes son en realidad la respuesta a desafíos que la
vida presenta diariamente y no lo que se produce artificialmente siguiendo un
programa diseñado por un burócrata que no conoce la realidad de los
alumnos o de los maestros. Por lo tanto, es necesario re valorar la
vida diaria por su capacidad de proporcionar oportunidades para crecer como
persona. Esta re-valoración tiene que incluir los saberes adquiridos
en la calle, con los amigos, en los espacios en los que transcurre la vida:
tiene que ver con volver a recordar aquello que se nos ha hecho olvidar en los
procesos educativos que solo buscan producir hombres y mujeres productivos y
rentables. Es necesario regresar a la vida real!
Aquí
pongo algunas citas:
" Educar es mostrar la vida a quien aún no la ha vivido. El educador dice: ¡ Atento, apunta ! El alumno lee la dirección apuntada y ve lo que nunca vio. Su mundo se expande, se ve más rico..."
" Sintiéndose más rico interiormente pude sentir y compartir mayor alegría..."
" La primera tarea de la educación es enseñar a ver. Los niños a través de los ojos tienen el primer contacto con la belleza y fascinación del mundo..... Los ojos tienen que ser educados para que la alegría aumente "
" Distingo en la educación dos partes muy importantes :
- Educación de las habilidades.
- Educación de las sensibilidades.
Sin la educación de las sensibilidades , todas las habilidades se tornan sin sentido. Sin la educación de las habilidades, todas las sensibilidades se quedan sin sentido....."

" Resalto la capacidad de los niños de asombrarse al contemplar lo más simple. Para los niños todo es maravilloso : una lombriz, una concha de caracol, el vuelo de la mariposa, una peonza en la tierra, una cometa en el cielo..... Cosas que los eruditos no ven."

" Parece que en aquel tiempo las escuelas estaban más preocupadas porque los alumnos memorizaran palabras que en comprender las realidades que ellas representan. Las palabras sólo tienen sentido si nos ayudan a ver mejor el mundo..... Aprendemos palabras para mejorar los ojos...."
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