Ciencia y Meditación

La meditación es una técnica milenaria de origen universal, normalmente asociada a la religión budista. Si bien se asocia principalmente con ésta, es una práctica compartida a todas las demás religiones y sabidurías espirituales. En algunas ocasiones con pequeñas variaciones como pueden ser la oración o el rezo. Más adelante pienso escribir sobre las diferentes prácticas meditativas en el cristianismo.

A pesar de ser antigua, hoy más que nunca es una práctica que debería estar dentro de la lista diaria de nuestra tareas. Además de ser un placer.

Ya hace años que existe un gran interés por parte de la ciencia de conocer e investigar como el estado meditativo influye en nuestro cerebro. Reducir el estrés y la ansiedad, mejorar la concentración y un mayor control sobre la psique humana, son solo algunos de los beneficios que están siendo corroborados por la ciencia. Científicamente podemos afirmar a día de hoy que la meditación tiene efectos biológicos y ayuda a entrenar nuestra mente para ser más felices y estar más sanos.

Existe un estudio de la Universidad de Wisconsin (EEUU) con la colaboración del Dalai Lama y sus monjes, en el que el investigador afirma: “Nuestros resultados indican que la meditación tiene efectos biológicos. Produce cambios en el cerebro asociados a emociones más positivas y mejoras en el sistema inmunológico”