Llevo unos días paladeando la lectura de una pequeña joya de Javier Melloni, “Sed de ser”, su última obra publicada.
Debo reconocer que me acerqué a este librito con cierto escepticismo ya que -aunque conozco al autor y admiro su profundidad y fineza espiritual, así como su capacidad expositiva en forma de ensayo- no me lo veía yo escribiendo un libro de poemas. Menudo error… Me he encontrado con la Verdad hecha Belleza y encarnada -o, mejor aun, condensada- en unas pocas líneas. ¡Cuántas meditaciones estoy haciendo gracias a sus 149 páginas! Versos para ser leídos y releídos en una dinámica sin fin, pues cada lectura desvela nuevos matices de su contenido, de un Absoluto que se nos hace presente a través de sus escogidas palabras.
Para animaros a haceros con él, y a usarlo como soporte de vuestra meditación u oración, os transcribo unos versos que hacen referencia al camino que uno debe tomar para llegar a ser uno mismo, al abandono de lo accesorio, al mantenimiento de las raíces… Auténtica Sabiduría, arte de vivir hecho poesía.
Exhalados por el Mar,
experimentamos la separación de los Orígenes.
El útero materno es la imagen y extensión biológica
del útero divino,
vacuidad grávida de existencia que nos engendra
sin
cesar.
Para ser gestados biológicamente, necesitamos
de un tiempo y de un espacio.
Durante nueve meses habitamos ese lugar.
Paraíso de comunión
donde todo nos es dado y donde todo está amortiguado
en ese ámbito acuoso y translúcido en el que flotamos.
Pertenecemos y nos pertenece ese estanque,
ese jardín,
esa cueva,
ese palacio.
En él se alumbra nuestra primera identidad,
frágil silueta que no conoce todavía distinción
entre lo de dentro y lo de fuera,
entre lo propio y lo ajeno,
entre yo,
el otro
y lo otro.
Progresivamente, esa espaciosidad empieza a estrecharse.
Lo mismo que nos permitía crecer comienza a ser obstáculo.
Hay que partir,
des-pertenecerse.
Así se produce la primera ruptura,
la angustia primigenia
y la primera libertad.
Para nacer hay que arriesgarse
y
separarse.
El libro del Génesis relata la Creación
como una sucesión de escisiones.
Sin alejamiento y diferenciación no hay crecimiento,
no puede proseguir el proceso de individuación.
Cuando comencemos a instalarnos
habrá que partir.
Será siempre así.
Pero hay que hacerlo a su tiempo:
si nos anticipamos
no permitimos la maduración;
si nos retrasamos
obstaculizamos la transformación.
Desamparados al nacer,
arrojados a la intemperie,
necesitamos imperiosamente sabernos parte
de alguien
o de algo.
El primer gesto del recién nacido es el abrazo,
el impulso de tomar y de ser tomado.
Nos agarramos a cuanto se deja,
como el bebé coge los dedos que se le acercan.
Necesitamos ese contacto.
No podemos vivir al raso sin el calor de presencias cercanas
que constituyen nuestro primer lazo.
Así sobrevivieron nuestros ancestros.
Entre el yo y la inmensidad
está el calor de la tribu que ha visto cómo nacíamos
y dábamos los primeros pasos.
Diversas pertenencias a lo largo de la vida
-comunidad de sangre
de lengua,
de ideología,
de creencias
o incluso una afición compartida-
nos cobijan
frente al cielo abierto,
frente al páramo inmenso,
protegiéndonos del viento huracanado
que azota la indefensa membrana
de nuestra piel.
Por el contacto experimentamos la unión
y la separación.
Nos acercamos unos a otros para sentir ese roce
y cercionarnos de que no
estamos
solos.
Al mismo tiempo,
la piel que nos envuelve
nos separa de todo
lo que ella
no contiene.
¿Te reconoces en lo escrito? ¿Percibes tus mociones interiores? ¿Descubres un nuevo camino para llegar a ser el que debes ser? Como dice Javier Melloni en otra de sus obras, en una frase que a mí me traspasó el alma, toda theosis comienza por la kenosis… Si queremos llegar a ver y ser el rostro de Dios, debemos antes vaciarnos de lo que llamamos nosotros mismos pese a no ser más que un conjunto de máscaras, de velos, de pertenencias y categorías con las que fragmentamos nuestro Ser.
Lee y relee la poesía, déjate transformar por la Gracia que hacen presente sus versos, ponte en camino… Persigue tu deseo esencial, tu sed de Ser.
Escrito por Joaquín Muñoz Traver
https://meditacionesdeldia.com/2014/02/12/el-dificil-camino-de-llegar-a-ser-uno-mismo-sed-de-ser-j-melloni/

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