domingo, junio 04, 2017

Oración: relación viva



Lo primero de todo, es muy importante recordar que la oración es un encuentro y una relación, una relación que es profunda, y esta relación no puede ser forzada ni en nosotros ni en Dios. El hecho de que Dios pueda hacerse presente o dejarnos con el sentimiento de su ausencia es parte de esta viva y real relación. Si nosotros pudiéramos mecánicamente atraerle a una cita, forzarle a encontrarnos, simplemente porque hemos escogido este momento para encontrarnos con El, no habría relación ni encuentro. Podemos hacer eso con una imagen, con la imaginación o con los diversos ídolos que podemos poner ante nosotros en vez de Dios; no podemos hacer nada de eso con el Dios vivo, como no podemos hacerlo con una persona viva.

Una relación debe comenzar y desarrollarse en mutua libertad. Si se mira la relación en
términos de «mutua» relación, se verá que Dios puede quejarse respecto a nosotros mucho más que nosotros respecto de EL. Nos quejamos de que El no se nos hace presente durante los pocos minutos que le reservamos; pero qué decir de las veintitrés horas y media durante las cuales Dios puede estar llamando a nuestra puerta y le contestamos: «Estoy ocupado, lo siento», o cuando no contestamos en absoluto, porque ni siquiera oímos la llamada a la puerta de nuestro corazón, de nuestra mente, de nuestra conciencia, de nuestra vida. Así es que hay ocasiones en las que no tenemos derecho a quejarnos de la ausencia de Dios, porque nosotros estamos mucho más ausentes de lo que El lo está nunca.

Anthony Bloom

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