
Los juegos cooperativos, por el hecho de tener un fin común, y excluir de competición, presentan mayor diversión para los participantes; los sentimientos son como los objetivos, comunes, puesto que todos ganan, mientras que en los competitivos, sólo lo hacen algunos; Los jugadores, confían entre sí, a diferencia del egoísmo mostrado en los competitivos.
Por último, mientras que en los juegos cooperativos, las habilidades se miden de forma general, en los competitivos, se marcan las diferencias motrices, mediante grupos o con la exclusión de los participantes.
Ambos tipos son útiles, hay que compaginarlos, aunque ahora hay una cierta moda en criticar los competitivos, Es un gran error. Los competitivos, además de que suelen ser divertidos, también valen para que aprendan a saber ganar y perder y aceptarlo con deportividad. Además, si son juegos de equipo, también está el fáctor colaborativo dentro de cada equipo.
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