(CNN) — Son el grupo más numeroso de la Iglesia Católica Romana,probablemente el próximo papa salga de entre ellos. Sin embargo, pocos saben cómo ven los latinos católicos el legado del papa Benedicto XVI.
Para muchos católicos latinos, el legado de Benedicto es mixto. Siempre lo relacionarán con su feroz oposición a la teología de la liberación, un movimiento controversial que buscó mejorar las empobrecidas vidas de los latinos sometidos a gobiernos opresores.
Benedicto XVI, quien renunció a causa de su avanzada edad, fue uno de los opositores más visibles de la teología de la liberación, movimiento que inició en América Latina en la década de 1960. Combinaba críticas marxistas a la pobreza con la insistencia de que la Iglesia debía mostrar "preferencia" a los pobres.
La postura de Benedicto distanció más a los sacerdotes de la gente pobre a la que servían, dice Jennifer Hughes, experta en la Iglesia Católica de la Universidad de California en Riverside.
"En Latinoamérica, como cardenal Ratzinger y como papa, Benedicto se dedicó a desmantelar sistemáticamente la infraestructura de la teología de la liberación", dice Hughes. "Durante el proceso, muchos sacerdotes y obispos se retiraron del ministerio en las comunidades más pobres".
Otras personas dicen que la oposición de Benedicto a la teología de la liberación fue irónica porque el pontífice coincidía con ella en muchos de sus puntos. Criticaba al capitalismo y pensaba que los líderes cristianos deberían interesarse en la liberación económica y política de sus seguidores.
Benedicto se opuso al capitalismo irrestricto, a la inequidad salarial y al calentamiento global. Apenas en diciembre, dijo en un discurso que los cristianos deberían trabajar para "compartir de forma equitativa los recursos de la Tierra".
"Benedicto fue un feroz defensor de los pobres y firme opositor de la inequidad salarial", dice James Martin, sacerdote jesuita y autor del libro The Jesuit Guide to (Almost) Everything: A Spirituality for Real Life(La guía jesuita para -casi- todo. Espiritualidad para la vida real). "Sobre ese tema, es de lo más liberal".
Sin embargo, Benedicto sospechó de los teólogos de la liberación porque algunos se identificaron con movimientos políticos que buscaban derrocar a los gobiernos represores en América Latina, de acuerdo con otros historiadores.
La posibilidad de que la Iglesia se alineara con los movimientos políticos alarmó a Benedicto debido a su propia crianza, dice Ramón Luzárraga, profesor de Religión en la Universidad de Dayton, en Ohio. Vio que la alianza entre la Iglesia y el Estado destruyó a su natal Alemania. Los líderes católicos y protestantes ayudaron a que Hitler llegara al poder, dice Luzárraga.
El efecto que Benedicto tuvo en América Latina es importante porque la región dará forma a gran parte del futuro de la Iglesia. Los católicos latinos son el grupo más numeroso en la Iglesia Católica y componen el 39% de la población católica a nivel mundial, según el Centro de Investigaciones Pew.
Según el Centro Pew, Latinoamérica cuenta con los dos países católicos más poblados: Brasil y México (Estados Unidos tiene la cuarta población católica más numerosa).
Aún sin la oposición de Benedicto a la teología de la liberación, cada vez más latinos católicos se alejan de Vaticano, dice otro experto.
Bajo la dirección del papa Benedicto, fueron cada vez más los católicos que no consideraban que las enseñanzas del Vaticano fueran un elemento importante de sus creencias, dice Michelle Dillon, profesora de Sociología de la Universidad de New Hampshire.
Tradicionalmente, los católicos latinos creen que la Iglesia debería dar mayor importancia a la justicia social y no a temas como el aborto y el control de la natalidad, dice Dillon. La mayoría de los latinos católicos están a favor de los matrimonios homosexuales y de la ordenación de mujeres, agrega.
"Conforme los católicos hispanos de Estados Unidos ascienden socialmente, se vuelven más conservadores en temas de justicia social e interés por los pobres", dice Dillon, "aunque actualmente muchos de los temas que son especialmente importantes para los católicos latinoamericanos también lo son para los católicos hispanos en Estados Unidos".
Los latinos católicos también se están distanciando de la teología de la liberación, dice Carl Raschke, profesor de Religión en la Universidad de Denver.
Ahora la teología se percibe como un movimiento intelectual occidental que no entiende el renacimiento de la espiritualidad en los indígenas de Latinoamérica, dice Raschke.
"En general, la teología de la liberación no cuenta con apoyo en Latinoamérica porque para los indígenas es cada vez menos relevante", dice Raschke.
Ahora son las religiones pentecostales —y no la teología de la liberación— las que están teniendo gran éxito en Latinoamérica, dice Daniel Ramírez, profesor de Religión de la Universidad de Michigan.
"Aunque ellos —los teólogos de la liberación— hablaron de las opciones que tienen los pobres, los pobres finalmente optaron por las religiones pentecostales", dice Ramírez.
Algunos expertos dicen que el Vaticano puede reducir la brecha con los latinos católicos con un acto drástico.
Luzárraga dice que si el siguiente papa es latino, el impacto será épico.
"Sería un efecto como el que Juan Pablo II tuvo sobre el pueblo polaco", dice Luzárraga. "Se reconocería ante el mundo que los latinos católicos por fin se acercan a los suyos".
Las opiniones recogidas en este texto pertenecen exclusivamente a John Blake.
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