Este es un poema de Rabia de Basora, una poetisa sufi que tuvo una vida muy complicada puesto que pasó de ser una ramera obligada a ser una maestra espiritual de su época. El poema habla de que tanto somos depositarios de la confianza de los demás.Una vez oí hablar a dos camellos,
que se quejaba de todo el
peso que tenían que llevar
cuando cruzaban el desierto,
y estaban especialmente molestos a causa de
el nuevo camello cuya única
carga era la hija del amo
quien a menudo lo acariciaba
e incluso le cantaba dulces
canciones al oido,
mientras que ellos tenían que soportar a menudo el látigo de los caravaneros
y escucharlos contar historias rudas de
hazañas románticas.
Un camello mayor estaba oyendo la conversación,como yo, y habló
diciendo:
"Como ustedes saben, es nuestra costumbre como camellos morder cuando
estamos de mal humor y
ayer te vi morder al
hombre que te latigó-
tal vez no debes morder, tal vez el amo tiene dos
hijas que cantan y acarician,
y aunque esto pueda estar fuera de lugar
recuerdo unas palabras de sabiduría
en las que he estado pensando por un tiempo:
Los que obtienen la confianza de la gente, obtienen la confianza de Dios ".
Rabia de Basora (c. 717-801)
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