domingo, febrero 24, 2013

Encuentra a Dios en medio de tu día.

El consejo de este día de cuaresma es: Encuentra a Dios en medio de tu día.
Muchas personas en nuestra sociedad viven una vida como si fuera una carrera contra reloj. Viven “ajetreados”. ¿has escuchado esa palabra? o ¿eres una de esas personas que viven ajetreadas? La palabra ajetreo significa: gran actividad o movimiento constante de un lado a otro. Que tiene mucho movimiento a causa de una actividad o trabajo. Cuando hablamos de cristianos, pareciera que no hay diferencia. También los creyentes viven ajetreados.




Tenemos la falsa creencia de que en la sociedad, cuanto más actividades nos ocupen, mejor el resultado final, que puede ser “éxito”, buenos salarios, o una persona ejemplar en la comunidad donde vive. Estoy seguro que si hiciéramos una encuesta entre las personas más ocupadas de nuestro alrededor, la mayoría diría que no tienen tiempo para Dios. Lamentablemente muchos viven como Marta:

Aconteció que yendo de camino, entró en una aldea; y una mujer llamada Marta le recibió en su casa. Esta tenía una hermana que se llamaba María, la cual, sentándose a los pies de Jesús, oía su palabra. Pero Marta se preocupaba con muchos quehaceres, y acercándose, dijo: Señor, ¿no te da cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude. Respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas. Pero sólo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada.   Lucas 10: 38-42

Todo eso esta muy bien, pero ¿cómo se lo explicamos a la pobre Martha? Alguien tiene que preparar la comida ¿no? Para eso nos ayuda la Espiritualidad Ignaciana. San Ignacio pasó en su vida por varías etapas. Pasó del estar “en el mundo sin Dios” a “buscar a Dios sin el mundo” y de ahí finalmente a “encontrar a Dios en el mundo”, transformando esta consigna en la consigna más propia de la espiritualidad ignaciana: ser “contemplativos en la acción”, “buscar y hallar a Dios en todas las cosas”, “en lo más profundo de las realidades”. Esta espiritualidad Ignaciana se opone entonces a una búsqueda de Dios que rechace el mundo y la humanidad.
La espiritualidad ignaciana es una espiritualidad que encuentra a Dios en el mundo, trabajando, dándose, manifestándose en las muchas multiplicaciones de los panes de todos los días, y que trata de enfrentar a los fariseísmos del mundo que no logran acoger que detrás de todo pan se transparenta el Pan de Vida.
El consejo práctico de hoy es dejar que las personas y los acontecimientos del día te reconecten con Dios, no pelees con nada, mejor pregúntate cómo te habla eso de Dios.

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