miércoles, junio 19, 2013

Cuando somos vulnerables

Quisiéramos a veces ser castillos bien protegidos y cuidados pero a veces somos más bien unas fortalezas en ruinas con demasiados espacios por dónde nos pueden abordar.
Hay días en que sentimos que se le han caído demasiadas capas a nuestra piel, que al menor roce arde la carne viva, que nuestras defensas se han ido y que el mundo ha dejado de abrigarnos.
Entonces quisiéramos huir al fondo del bosque, buscar una madriguera segura y simplemente esperar hasta que acabe la tormenta. Pero el hacerlo sólo profundiza la vulnerabilidad, pues la vulnerabilidad tiene que ver también con nuestra soledad.
Quisiéramos tocar cada puerta buscando un refugio, un lugar dónde guarecer nuestro ser, mientras pasa la tormenta. Pues sí, la vulnerabilidad es como una tormenta, un espacio donde de pronto sentimos que las fuerzas de la naturaleza nos superan y todo se siente más húmedo, más helado, más a la intemperie.
Pero tampoco queremos mendigar afectos, pues cuando nos sentimos vulnerables queremos un abrazo espontáneo que nazca del corazón de quién nos cobija y no del alma de un buen samaritano que simplemente se compadece de nuestra fragilidad. A veces ese abrazo se ha ido o a veces nosotros mismos lo hemos ausentado. Tampoco queremos arriesgar un rechazo: nos sentimos demasiado abatidos.
De pronto, casi mágicamente, se hace silencio en nuestra alma y se intensifican los sonidos allá afuera y sentimos un extraño bálsamo de arriba... ha pasado la tormenta... el sol ilumina tímidamente y comenzamos a sentir nuevamente su calor... no queremos movernos... sólo sentir su tibieza. Un arco iris nos recuerda que pese a todo la vida es bella: sonrío.

No puedo pensar en otra canción que refleje mejor estos pensamientos que la siguiente:
Y sentir tu mirada de Miguel Matos:


 Y sentir tu mirada sobre mi recostada
y saber que no tengo que cambiarme con nada
y saber que a tus ojos ya mi suerte esta echada.
ese es tu amor

Y saber que me entregas ese amor desde  dentro
y saber que tu brazo no ha fallado un momento
y saber que eres tu quien apura este encuentro
ese es tu amor.
Descubrirme en tinieblas tras una barricada
diciéndome mil veces que para ti soy nada

Y MIRAR A TRAVÉS DEL CRISTAL DE MI LLANTO
QUE ESTA VEZ COMO ANTES ME ESTAS QUERIENDO TANTO.

Y mirarme los brazos ociosos y cansados
y mis pasos ambiguos  y mi verbo pesado
sorprenderme de pronto por tu aliento arropado
ese es tu amor

Y tener que reirme de mis tantas promesas
y sentir que me obligas a empinar la cabeza
descubrir que no pude comprar tanta belleza
ese es tu amor.
Encontrarme de nuevo desconfiado y lejano
fabricando razones para no ver tu mano.

Y MIRAR A TRAVÉS DEL CRISTAL DE MI LLANTO
QUE ESTA VEZ COMO ANTES ME ESTAS QUERIENDO TANTO.

Soportar mi memoria mal herida y manchada
y sufrir los recuerdos de mi vida pasada
y sentir diluirse mi culpa en tu mirada
ese es tu amor.

Y encontrarme de nuevo mendigando razones
y juntando mis cosas para cambiar perdones.

Y MIRAR A TRAVÉS..

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