Javier Melloni es un Jesuita que nos explica cómo alcanzar
el Cristo Interior mediante el Silencio y la vía mística. Una opinión fresca,
abierta y interesante para tener en cuenta. Aquí algunas preguntas sueltas y su
respuesta.
“Me apasiona todo aquello que contenga Verdad, Belleza y
bondad, venga de donde venga y vaya hacia donde vaya, porque todo
proviene de la misma Fuente.”
¿Qué nos recomendarías para acallar el ruido mental que
tantas veces nos acompaña?
Lo más básico y sencillo es tomar conciencia de la
respiración y entrar en ella. La respiración contiene el ritmo fundamental de
la vida: acoger y entregar, recibir y ofrecer. Además de los espacios más
largos que deberíamos cuidar al comenzar y acabar el día a los que me he referido
anteriormente, durante la jornada también es muy bueno detenerse por unos
momentos y escuchar este ritmo de la respiración para percibir que la vida se
nos está dando continuamente como don, mucho antes de que pretendamos conseguir
algo. Lo más importante se es ofrecido continuamente y no nos enteramos.Conectar
con la respiración es el modo más sencillo, más cercano, más inmediato de
sumergirse en el don continuo en el que somos, nos movemos y existimos.
El silencio no es la ausencia de ruido sino de ego. El
ruido del ego es el murmullo continuo de lo que hay que conseguir o que
defender. El silencio, en cambio, es el acallamiento de ese murmullo, un estado
de apertura y de agradecimiento ante una Presencia que está permanentemente en
todo y a la que se llega por medio de la autopresencia.
¿Qué hizo despertar en ti el interés por otras religiones y
filosofías como el hinduismo, budismo, zen, …?
La búsqueda de la interioridad y el modo de acceder al
corazón de la Realidad. El Dios personal bíblico es de una gran belleza pero
con frecuencia es demasiado antropomórfico. Por otro lado, la teología
cristiana del S.XX estaba marcada por la muerte de Dios preconizada por
Nietzsche y por Auswichzt. Sin negar el escándalo del mal, yo percibía su
presencia, su discreta presencia en todo y nuestra teología y filosofía sobre
la ausencia de Dios no me satisfacía. Era demasiado mental. Buscaba un
silenciamento capaz de revelar su presencia en todo. Y esto es lo que
aportan sobre todo los caminos de oriente: la sabiduría del silenciamiento para
que entonces la Presencia hable.
¿En qué se han equivocado las religiones para causar cierto
rechazo cuando la búsqueda de sentido de vida es inherente al ser humano?
Las religiones se han equivocado en su pretensión de
totalidad, que les ha hecho secuestrar el Misterio. Cada una ha pensado
que agotaba los caminos hacia el Absoluto absolutizando su propio camino, en
lugar de aceptar y de alegrarse de que puedan haber otros múltiples accesos
para llegar a esa misma Plenitud.
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